Si necesitas un psicólogo infantil en Málaga o un psicólogo en Málaga especialista en adolescentes, iniciamos este post con la intención de arrojar luz sobre las dudas que plantean los tutores o cuidadores de los menores antes de acudir a consulta, ya que en ocasiones, muchos de ellos se encuentran ante el desconocimiento de cómo proceder. Si necesitas aclarar conceptos, puedes contactar con nuestro centro de psicólogos en Málaga, o bien ¡continuar leyendo!.
En primer lugar, y antes del inicio de cualquier exploración o intervención psicológica al menor, debes saber que los psicólogos nos debemos a nuestro código deontológico, y como bien es planteado en el mismo, solo podemos atender con previo consentimiento informado por parte de los tutores legales, a no ser que exista una autorización judicial. Es decir, solo podremos trabajar con el niño o adolescente menor de 18 años si quien ostenta su patria potestad está de acuerdo con ello, a no ser que un juez haya autorizado tal intervención.
Aclarar también, que no es lo mismo la "guardia y custodia" que la "patria potestad", son muchos progenitores quienes ostentan una custodia exclusiva pero la patria potestad, en la mayoría de los casos, suele ser de ambos tutores. En resumen, si deseas que el niño o niña sea atendido/a, el primer paso es que aquellas personas que sean titulares de su patria potestad o sean sus representantes legales, autoricen a ello. Generalmente bastará con el consentimiento verbal, pero es conveniente disponer de un registro de ello. Muy importante también, es saber que, aunque en muchas ocasiones los profesionales de la psicología no tenemos acceso al menor por lo planteado anteriormente, poder trabajar con los padres o cuidadores que sí están interesados tendrá un impacto positivo de forma indirecta sobre la mejora del niño o adolescente.
Una vez superada la barrera legal, muchas son las cuestiones que asaltan a los cuidadores: “¿Le digo que vamos a ir al psicólogo o mejor utilizo otro término?”, “¿Qué tengo que explicarle?”, “¿Es mejor no decirle nada y así no se niega a ir?”… Ante todo, normaliza la situación. Si los adultos lo hacen, los niños o adolescentes también lo harán. La información es poder, por lo que facilitar una información real y acorde a la edad del menor le hará entender y prepararse para la situación. Explícale dónde viene y con quién, evitando así decirle que van a ir a ver a un “médico” o a “un amigo de la familia”, ya que en su mente puede hacer una asociación errónea. Cuéntale que un psicólogo ayuda a personas que en algún momento han tenido o tienen un problema, como por ejemplo, sentirse triste, solo, no saber qué hacer cuando está enfadado, ponerse muy nervioso, tener problemas en el cole, etc. Explícale que vosotros, cuidadores, también vendréis porque todos podéis mejorar y que trabajando en equipo se obtienen mejores resultados especialmente con adolescentes. Obligar no es nunca una buena opción, ya que probablemente el resultado sea una mayor resistencia. En el caso de que el menor no quiera, negocia y plantéale que pruebe ir a terapia con un psicólogo en Málaga y que una vez finalizadas las primeras sesiones decidiréis cuál será el siguiente paso.
Finalmente, aunque los psicólogos Málaga nos regimos por el principio de confidencialidad, en el caso de los niños menores de edad nos encontramos obligados por ley a informar a los tutores legales sobre su situación y qué cuentan en consulta. No obstante, cuando se trata de adolescentes, el vínculo y la confianza terapéutica es esencial para la consecución de los objetivos, por lo que se informará a los cuidadores de que si el menor quiere proporcionarnos alguna información no relevante de forma confidencial, lo ideal sería respetar su deseo, ya que esto tendrá un impacto muy positivo para la terapia. esta decisión se tomará siempre bajo el consentimiento de los tutores legales.